Un
sabio, recibió la visita de un hombre, angustiado por la falta de
alegría y felicidad.
El
infeliz hombre, preguntó:
-¿Dónde
puedo encontrar la alegría duradera y la felicidad constante?
El
sabio respondió:
-Esa
clase de alegría y felicidad, está en la semilla de una flor que
hay en el jardín de una familia que jamás tuvieron desgracia
alguna, solo tienes que buscarla.
Y
el hombre marchó a buscar la flor, pero preguntó por la familia
afortunada y todos contestaban lo mismo:
-No,
no conozco a nadie así.
Defraudado,
el hombre de nuevo ante el sabio, le dijo:
-No
encontré una familia con esa dicha.
-No
la hallarás porque no existe. -Afirmó el sabio.
-Y
si ya lo sabías, ¿por qué no me avisaste? -Preguntó el hombre.
El
sabio respondió:
-Porque
debes aprender, que la vida está hecha de alegrías y desgracias, y
que a un tiempo malo sigue otro bueno, pero nada es duradero.
Moraleja:
como la noche al día, sigue el pesar a la alegría.
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