Cedro

jueves, 7 de noviembre de 2013

La venganza

Era un hombre que había sido ofendido y humillado gravemente, y para vengarse con la mayor crueldad, fue a consultar con un sabio.

El sabio lo escuchó atentamente, y ante las intenciones del hombre de matar a su enemigo, le dijo lo siguiente:
-Has lo que debas hacer, pero antes, consúltalo durante un buen rato con el gran roble que te proporcionará lucidez.
Y así lo hizo el hombre, meditó y más tranquilo, volvió junto al sabio para decirle:
-Lo he pensado mejor, creo que no lo mataré, tan solo lo apalearé para que aprenda.
-Bueno, has lo que tengas que hacer, -dijo el sabio. -Si bien, antes debes reflexionar un tiempo bajo el roble.
De nuevo volvió a pensarlo el hombre, ya más calmado, para luego comunicar al sabio su decisión:
-Creo que no lo apalearé, tan solo le diré el daño que ha hecho delante de todos, para que se avergüence.
-Bien, has lo que quieras hacer, -afirmó el sabio. -Aunque antes debes razonar ante el gran roble.
Una vez más el hombre pensó un rato y con serenidad, regresó ante el sabio para contarle:
-Pensándolo detenidamente, creo que no era para tanto, iré a ver mi ofensor y le perdonaré, porque seguro que él también está arrepentido.
El sabio le respondió:
-Es justo lo que pretendía que hicieras desde un principio, ya que es lo más sensato y razonable; pero tenías que descubrirlo por ti mismo.

Moraleja: la venganza no es buena, mata el alma y la envenena.


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