Cedro

sábado, 9 de noviembre de 2013

La mariposa y el sabio

Un hombre vivía con sus dos hijas que eran curiosas e inteligentes y siempre estaban haciendo preguntas.

A veces el hombre sabía responder, pero la mayoría, no tenía ni idea de las respuestas. Y como pretendía darles la mejor educación, mandó las niñas de vacaciones a casa de un sabio que vivía en lo alto de la colina.

El sabio respondía siempre a todas las preguntas sin ningún tipo de duda, aunque impacientes con el sabio, las niñas decidieron inventar una pregunta que él no pudiera responder, así que un día una de ellas capturó una mariposa con la que pensaba engañar al sabio.
-¿Qué vas a hacer? -Preguntó su hermana.
-Voy a esconder la mariposa entre mis manos y preguntaré al sabio si está viva o muerta. Si él dice que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la apretaré y la aplastaré. De esta manera, cualquiera que sea su respuesta, será una respuesta equivocada.

Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio, que estaba meditando.
-Tengo aquí una mariposa. Dígame, sabio, ¿está viva o muerta?
Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió:
-Depende de ti... Ella está en tus manos.

Moraleja: embustes y cuentos, de uno nacen ciento.


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