El Señor feudal, gobernaba con dureza a sus súbditos.
Un
buen día, salió del castillo con el séquito, y por las calles del
pueblo por donde pasaba, los vasallos iban inclinándose a su paso en
señal de obediencia; todos, menos un fraile al que llamó a su
presencia con el fin de someterlo, y para dar así ejemplo a los
demás, le dijo con severidad:
-¿Por
qué no me reverencias, a caso es que eres más noble que yo?
El
fraile contestó:
-No,
no soy más noble, pero tampoco tengo menos grandeza, ya que no tengo
que servirme del poder y del miedo como haces, para que todos te
tengan pleitesía.
Asombrado
el Señor, que tenía aspecto de duro, pero en el fondo era justo, le
preguntó:
-¿Cómo
se alcanza la grandeza?
Y
el fraile afirmó:
-La
única forma de obtener grandeza, consiste en servir con humildad a
todos.
Moraleja:
cuanta más grandeza, más llaneza.
Dedicado a mi hijo: L. Eduardo.
Dedicado a mi hijo: L. Eduardo.
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